A 80 kilómetros del camping encontramos la primera entrada al parque nacional. El cañón de Añisclo es un impresionante valle, cuya cabecera alberga un circo glaciar, pero que posteriormente se encajona en un profundo cañón, fruto de la acción erosiva del río Bellós, en una sucesión de bellos toboganes y cascadas en mitad de frondosos bosques. Varias rutas, adaptadas a todo tipo de público (desde familiares o senderistas más experimentados), nos permitirán adentrarnos en uno de los parajes más singulares del Pirineo.

La entrada al valle de Ordesa se encuentra a 95 kilómetros del camping, en la localidad de Torla. Es el más conocido, se trata de un espectacular valle glaciar por donde el río Arazas se desliza entre hermosas cascadas como las Gradas de Soaso o la Cola de Caballo. Varias rutas de senderismo, con diferente grado de exigencia, recorren el valle.

La entrada al valle de Pineta se sitúa a 90 km del camping. Podemos realizar diferentes rutas, una muy recomendable para todo tipo de público es la excursión de los llanos de La Larri. Tras una ascensión bastante sencilla se llega a los llanos de La Larri, donde disfrutaréis de una maravillosa vista al Monte Perdido. La vuelta puede realizarse por un recorrido alternativo que nos permite contemplar de las numerosas cascadas del Río Cinca.

Es una de las rutas más conocidas del Valle de Benasque, ideal para hacer en familia. Un paseo de 1 hora y media de duración total por espectaculares paisajes de montaña, hasta llegar al Forau de Aigualluts. Se trata de un enclave de gran interés y singularidad geológica, pues es ahí donde las aguas del glaciar del Aneto desaparecen en una inmensa sima, y van a parar al río Garona, en la Val de Aran, desembocando finalmente en el océano Atlántico

En el valle de Estós podemos encontrar rutas de mayor exigencia, pero que sin duda nos conducirán a algunos de los más bellos ibones (lagos glaciares) del Pirineo, como el ibón de Escarpinosa o el ibon Gran de Batisielles.

Un sendero circular muy sencillo, que se adentra en un fresco y frondoso bosque de hayas y abetos. Es apto para toda la familia, a lo largo del sendero podemos contemplar varias cascadas y conocer la flora gracias a los paneles interpretativos. Podréis asistir al nacimiento del río Ésera.

La Sierra de Guara es un destino mundialmente conocido para la práctica del barranquismo. Diferentes barrancos, adaptados a distintos niveles, nos permiten adentrarnos en los cañones y disfrutar de sus paisajes desde dentro: saltos, toboganes, destrepes, rápeles… Deporte, diversión y contacto con la naturaleza. Cualquier persona puede iniciarse en esta actividad, siempre acompañados de los guías profesionales del territorio.

La sierra de Guara esconde un legado cultural excepcional ligado a la actividad humana desde tiempos inmemoriales, en el que destacan sus conjuntos de pinturas rupestres declarados Patrimonio de la Humanidad, la cultura del vino con sus bodegas D.O del Somontano y sus famosos quesos elaborados artesanalmente. Además, constituye uno de los enclaves más importantes de turismo ornitológico, con especies tan importantes como el quebrantahuesos, el águila real...

Las pasarelas del río Vero es una ruta circular ideal para toda la familia. Parte desde el mismo pueblo de Alquézar, y se adentra en el tramo final del cañón del río Vero. La ruta transcurre en parte por pasarelas metálicas ancladas a la roca y la duración de la excursión es de 1 h 30 m (el recorrido corto) o 2 h (el recorrido largo).

Situado a 9 km de Graus, en la localidad de Panillo, destaca como un paisaje de otro lugar del mundo, un curiosísimo templo budista presidido por la tradicional estupa. La paz que se respira en este lugar es una verdadera tentación para cualquier visitante.

Bañado por las aguas del embalse del Grado, nos topamos con el santuario de torreciudad. Lugar de peregrinación de la ruta mariana.

Roda de Isábena es el pueblo mas pequeño de España que cuenta con una catedral propia. Una joya del románico aragonés.

¡Déjate enamorar por uno de los desfiladeros más profundos de España! A través de este espectacular sendero esculpido en la roca nos adentramos en el Congosto de Montrebei, un conjunto formado por el Río Noguera Ribagorzana, y que hace de frontera natural entre Aragón y Cataluña.

Espectacular recorrido que nos lleva por el camino natural de Montfalcó y las impresionantes pasarelas instaladas sobre las paredes de roca de más de 80 metros, hasta hace poco solo accesibles a los escaladores. Esta ruta enlaza con la del congosto de Montrebei, pudiéndose realizar la vuelta en kayak a través de sus aguas de intenso color turquesa. Una experiencia que sin duda os recomendamos.

Los pueblos del Montsec esconden rincones desconocidos para el gran público: Sopeira y el Monasterio de Santa María de Alaón; Benabarre, con sus afamados quesos y su azafrán; Montañana, una auténtica villa medieval que respira historia en cada una de sus piedras...

Este precioso accidente natural ha dejado en Aragón nuestra propia versión de la Muralla China. Bordeada por el embalse de Canelles y situada en la bella Sierra del Montsec, estamos seguros de que esta zona hará las delicias de muchos. No os podéis perder los senderos que llevan al mirador donde poder apreciar esta formación geológica.

La villa medieval de Aínsa se encuentra situada en la confluencia de los ríos Ara y Cinca, bajo la atenta mirada de Peña Montañesa. En su casco antiguo el tiempo parece haberse detenido en el Medievo. Visitar la plaza mayor, perderse por sus empedradas callejuelas, contemplar los balcones llenos de flores… Aínsa es visita obligada. Desde la oficina de turismo se organizan visitas guiadas (consultar fechas previamente).

Situada en el corazón del parque natural de la Sierra y los Cañones de Guara, esta villa medieval nos invita a pasear por sus estrechas calles y a disfrutar del entorno que la rodea: su monumental Colegiata dedicada Santa María, el museo etnológico Casa Fabián, el cañón del río Vero. Desde la oficina de turismo se organizan visitas guiadas (consultar fechas previamente).

La visita a Montañana es de las que dejan huella. Esta villa medieval respira historia en cada una de sus piedras. Recorriendo sus calles descubriremos lugares tan hermosos como la Ermita de San Juan o la Iglesia de Nuestra Señora de Baldós. Montañana es un lugar mágico, donde la historia se siente en cada rincón, en las recreaciones del hospital o la casa típica del lugar en otros tiempos.